jueves, 8 de noviembre de 2007

Outlaw Star

publicado por seppuku

Año 1999. Un chaval de catorce años se acerca hasta su librería habitual. Mientras observa los cómics, advierte que hay una novedad entre las series de siempre. Desde la portada, un espigado joven dirige una mirada maliciosa al chaval mientras sostiene una futurista pistola. El chaval piensa: "mola, me lo compro". Pero una escueta advertencia llama su atención: "Manga para adultos". No le hace falta pensárselo mucho para dirigirse hacia el dueño de la librería dispuesto a llevarse ese cómic. El librero mira el cómic y mira al chaval, a lo que éste responde poniendo su cara de sí-tengo-dieciocho-años. El librero le notifica el precio al chaval, que con sumo gusto abona las 595 pesetas y sale de allí corriendo.
Algún lector perspicaz se habrá dado cuenta de que ese chaval era yo. Y aquel fue mi primer contacto con un manga para adultos, su título era Outlaw Star.


Hoy en día me río al pensar en la calificación para adultos que recibió este manga, porque ¿qué daño puede hacerle a alguien ver un par de tetas y muchos tiros?
Pero bueno, esa discusión no viene al caso porque Outlaw Star es mucho más que eso. Es una apasionante historia futurística que mezcla desde naves y androides de alta tecnología hasta un puñado de amistades peligrosas, y todo ello sazonado con un aire clásico de western.

¿Que cómo se come todo esto? Pues su autor, Takehiko Ito, tiene la respuesta. Coges a un joven, pero decadente, héroe salido, a un ayudante preadolescente que actúa como el adulto de los dos y los enfrentas a una bella y calentorra pirata espacial y a un asesino travestido que domina como nadie el arte de la katana. ¿Que porqué pelean? Por conseguir a una cyborg capaz de lograr que el trasto más lento de la galaxia se convierta en la nave más rápida del universo. A todo esto le añades unas peligrosas bandas espaciales de fondo y un humor gamberro y sale Outlaw Star.


El protagonista es Gene Starwind, dueño de una tienda de reparaciones en el planeta Sentinel III, pero cuyo anhelo es salir de una vez por todas al espacio con su nave, pagada en incómodos plazos. Con él vive Jim Hawkins (referencia inequívoca a La isla del tesoro en esta historia llena de piratas), un pequeño chaval que fue criado en un burdel y que posee un dominio increíble de la informática. El resto del reparto está formado por Hilda, la más temible pirata espacial que acaba traicionando a Gene, Fred Luo, traficante de armas, naves y chatarra en general, misógino que trata de recuperar la deuda que acumula su amigo Gene y, finalmente, Melfina, una androide que siente algo por Gene y que es la causa de todas las desventuras de los dos protagonistas, pues un puñado de bandas y grupos asaltantes se disputan su posesión.


El estilo visual de Takehiko Ito es muy expresivo y cinematográfico, que se complementa a la perfección con una narrativa ágil y divertida, lo que provocó una inmediata adaptación animada.

Gran parte del relativo éxito que tuvo Outlaw Star se debe especialmente a que el momento de su lanzamiento coincidió con el estreno de la nueva trilogía de Star Wars, que se tradujo en un renovado interés por el género de la space opera.

En definitiva, no busques ningún tipo de disquisición moral en Outlaw Star, porque no la hay. Hay que leerlo simplemente como lo que es, una curiosa y rabiosamente entretenida diversión para un par de días de aburrimiento.


Puntuación de seppuku: 7/10

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