martes, 13 de noviembre de 2007

Hayao Miyazaki

publicado por seppuku


Si uno se pregunta hoy en día cuales son los nombres más importantes de la industria de la animación en Japón en este momento, a buen seguro que le salen tres sin pensarlo mucho, a saber: Katsuhiro Otomo (que "descubrió" la animación japonesa para el mundo occidental con 'Akira'), Mamoru Oshii (que tomó el testigo de Otomo en el género cyberpunk, y realizó una prodigiosa adaptación de 'Ghost in the Shell') y por último, que no menos importante (más bien al contrario), Hayao Miyazaki. A este último va dedicado hoy mi post.


En la actualidad, Miyazaki está considerado como el mejor realizador de películas animadas (entiéndase animación tradicional en dos dimensiones, no la nueva hornada de animación por ordenador que no entraré a valorar aquí), y todos los filmes que salen del prestigioso Studio Ghibli son objeto de inmediatas alabanzas y las notas de los críticos no suelen bajar del notable. Pero volvamos la vista un poco más atrás...


Miyazaki nació en Tokyo en 1945, y ya en su infancia vivió ciertos hechos que marcaron su vida hasta el punto de afectar a sus películas. Por ejemplo, su madre sufrió una tuberculosis espinal que la mantuvo alejada de su familia durante nueve largos años, y estó Miyazaki lo reflejó en 'Mi vecino Totoro'. Además su familia era dueña de unas aerolíneas (con gran importancia de hecho durante la 2ª Guerra Mundial), y en todas sus películas aparecen escenas de vuelos, muchas de ellas incluidas entre las mejores de la historia (muchos recordaréis la fabulosa 'Porco Rosso').

Años más tarde entró a trabajar en Toei Animation, el mayor estudio de animación de toda Asia en aquella época. Fue allí donde, durante unas protestas sindicales, conoció al que hasta hoy es su más cercano y mejor colaborador: Isao Takahata. Juntos salieron de Toei, y a lo largo de los siguientes años pasaron por A Pro y por Zuiyo Pictures. Fruto de esta época salieron series de animación de gran éxito en España como 'Heidi', 'Marco' (para las cuales Miyazaki tuvo que viajar hasta Suiza, para inspirarse paisajísticamente para 'Heidi', Génova o Argentina, buscando inspiración para 'Marco') y, en menor medida, 'Ana de las tejas verdes' y 'Conan, el niño del futuro'. También en estos años dirigió Miyazaki su primer largometraje: 'Lupin III, El castilo de Cagliostro', utilizando un personaje (el citado Lupin III) muy conocido y popular en Japón. A todo esto, estamos en 1979...


En 1982 comienza a dibujar un manga. Esta actividad era algo que no había llamado la atención del joven Hayao hasta ahora, y parece ser que no era lo suyo, ya que no lo remató hasta 1994. Pero los dos primeros tomos dibujados sí que sirvieron de algo, en parte debido a la buena acogida de los lectores. Junto a su ya inseparable amigo Takahata, deciden empezar la versión animada del manga, 'Nausicaa del valle del viento'. Por diversas causas, entre ellas la muerte de la madre de Hayao, la película no se estrenó hasta 1984. Pero nada de ello impidió el éxito de la película. Y ello volvió a dar un vuelco a la vida de Miyazaki y Takahata. El éxito de 'Nausicaa' les llevó a fundar su propio estudio de animación, con el que han hecho historia: Studio Ghibli.


Con el nuevo estudio recién estrenado, Miyazaki se puso a trabajar en lo que sería su nueva película, titulada 'Laputa, el castillo en el aire' (como podéis imaginar, el título en español fue recortado convenientemente para evitar malos entendidos. Lo que no se pudo hacer fue recortar el montaje de la película para evitar que apareciese la imagen que podéis ver al acabar este párrafo). A destacar de esta película que Miyazaki creó la idea de un castillo que se mueve, en este caso por el cielo, idea que rescató en 'El castillo ambulante'. Como anécdota, hay que decir que en la versión doblada al inglés de la película, el que pone voz al "malo" es Mark Hamill, el inolvidable Luke Skywalker de la saga 'Star Wars'.




'Mi vecino Totoro' fue el siguiente film. Con el tema autobiográfico de la madre de las protagonistas ausente por enfermedad, que subyace a lo largo de la película, 'Mi vecino Totoro' será recordada por el peludo Totoro, que se convirtió en imagen corporativa del Studio Ghibli.

Con 'Nicky, la aprendiz de bruja' (otro título que debió cambiarse para España, ya que la protagonista originalmente se llamaba Kiki), Miyazaki dió un paso más a la hora de crear un mundo donde caben multitud de elementos que en cualquier otra ocasión no pegarían ni con cola, pero que él combina con maestría para deleitar a sus fans. Quien, si no él, sería capaz de hacer funcionar un mundo poblado por brujas que se han de independizar a los trece años, coches de los años treinta, casas con hornos microondas y una ciudad cuya arquitectura nos remite a los estilos italianos y escandinavos mezclado con un poco de San Francisco, y todo ello sin dejar de contar una historia coherente y divertida.


En 1992 se le encargó la realización de un corto que serviría para proyectarse durante los trayectos dentro del país de las aerolíneas japonesas Air Japan. Ese corto acabó derivando en el nuevo éxito de Ghibli que supuso 'Porco Rosso'. Una historia ambientada en el periodo de entreguerras en Italia, protagonizada por ¿un cerdo? Pues sí, Miyazaki nos volvió a colocar los mismos temas "de siempre", pero de tal forma que todo es nuevo, y el espectador agradecido sabe apreciar la desbordante imaginación del director, lo que se traduce en otro éxito más, y van...


Y si todo habían sido éxitos hasta ahora, la tendencia no iba a cambiar. Y Miyazaki no solo asombró a sus compatriotas con la producción más cara del país hasta ese momento, desbancando a E.T. de las películas más vistas en Japón incluso, si no que lo hizo con todo el mundo. 'La princesa Mononoke' le llevó definitivamente al estrellato mundial. Una preciosa historia épica y con un marcado tono proecologista que descubrió al público occidental que había algo más allá de 'Dragon Ball', 'Oliver y Benji' o 'Heidi'.


Como una cosa sigue a la otra, después del conocimiento llegó el reconocimiento. 'El viaje de Chihiro' le valió para ganar el Oso de oro en la Berlinale y, como colofón, el Oscar a la mejor película de animación. Además esta película devolvió al trono de la más vista en Japón a una cinta de Miyazaki, puesto que 'Titanic' le había arrebatado esa distinción a 'La princesa Mononoke'.


'El castillo ambulante' demostró que no siempre se pueden hacer obras que enganchen al público. Y es que, a pesar de ser un filme de bellísima factura (el Studio Ghibli nunca decepciona en ese aspecto), la historia era floja y no tenía unos protagonistas tan carismáticos como en ocasiones anteriores.


Por su parte Isao Takahata siguió dirigiendo películas para el estudio entre las que se encuentran la sobresaliente 'La tumba de las luciérnagas' o 'Mis vecinos, los Yamada'. Aún a pesar de estar impregnadas en el mismo "espíritu Ghibli", las cintas de Takahata contienen dentro de sí un ambiente más contemporáneo y realista, por decirlo de alguna manera, sin toda la fantasía desbordante que fluye en las películas de Miyazaki.


Cabe aquí hacer una mención a la comparación que se hace entre el Studio Ghibli y las películas de Disney. Miyazaki no tiene una opinión muy buena de Disney en cuanto a la historia de sus cintas. Las películas de Ghibli están quizás más encaminadas a un público más adulto, ya que, aún a pesar de ser películas de animación, ciertos momentos pueden llegar a ser algo farragosos y lentos para los niños. Y sin quitarle mérito a Disney, por supuesto, hay que destacar que el movimiento de los personajes es mucho más suave y los momentos cómicos surgen de una forma más natural en las películas del estudio japonés.


Por último hay que llamar la atención de manera especial sobre la figura de Joe Hisaishi. Con sus bandas sonoras ha sido de dotar de mayor dinamismo y sentimientos a las películas de Hayao Miyazaki. La fama de Joe Hisaishi no es en vano, puesto que actualmente trabaja con los dos directores japoneses de más éxito en tiempos recientes: el ya bien conocido Hayao Miyazaki y Takeshi Kitano.

P.D.: El Studio Ghibli posee en pleno centro de Tokyo, a unos veinte minutos de la estación de Shinjuku (una de las más importantes de la ciudad), un museo propio. Fue diseñado por el mismo Miyazaki en persona y está en perfecta armonía con la naturaleza del parque donde está ubicado. Para toda aquella persona que quiera profundizar en la historia y mitología del Studio Ghibli, existe en Internet un documental titulado 'Hayao Miyazaki y el Museo Ghibli', donde el mismísimo Isao Takahata hace de guía por el museo mientras cuenta divertidas y curiosas anécdotas de su fructífera relación profesional con Miyazaki. El documental está en versión original, pero existen subtítulos en español.
Hoy en día para entrar al museo existe una lista de espera de más de un mes.

Puntuación de seppuku (aunque no sé si tiene mucho sentido puntuar a una persona, pero da igual): 9/10

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