viernes, 17 de octubre de 2008

diga usted patata

red-hot

Pintamos sobre el lienzo de nuestro rostro el mejor de los retratos y, justo en ese instante, el artista intenta inmortalizar toda la profundidad expresiva que transmitimos. Sólo unos pocos capaces inducen y captan la complejidad de la expresión humana y la inmortalizan en una fotografía. El retratista merece el respeto y reconocimiento de quienes ven en su obra el matiz genuino del arte.
Si en cada foto que nos sacamos la cámara nos roba un pedacito de alma, este señor era todo un cleptómano.

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