jueves, 6 de marzo de 2008

aún hay carlistas...

por daviccy


Año 2008, en un lugar llamado planeta tierra... tres jóvenes diseñadores deciden rodar una escena de la segunda guerra mundial equipados con dos cámaras, tres trajes, dos armas, un coche, y un ordenaddor... y el resultado es este:



En el mismo año y lugar (y los que no me crean que abran el correo), podemos encontrar objetos, personas e ideas salidas de tiempos incluso más remotos. Si no nos fijamos en los menos agradables a la vista y el olfato, nos quedan un puñado de entrañables anacronismos con picatostes, enredados en la maraña de los tiempos como perlas de agua esperando a ser descubiertas. Hoy toca hablar de carlismo...

El carlismo, y voy a intentar ser breve pero riguroso ( aun a riesgo de perder lectores), surge tras la herencia (más o menos legal) de los derechos dinásticos de Fernando VII por su hija Isabel II, dejando al margen al hermano del primero, el infante Carlos María Isidro. Éste, apoyado por los españoles más conservadores de la época, da comienzo a las llamadas guerras carlistas, con el empeño de poner fin al liberalismo (político) que se abría paso en la política española mediante la coronación como rey de Carlos María o de cualquiera de sus vástagos varones. En la España del siglo XIX había guerras hasta para decidir el color de las cortinas de palacio... y hasta aquí el rigor.

Los carlistas de la época eran personajes poco "refinados" (o afrancesados), campechanos, afables, amantes de la tradición, la iglesia (pero sólo los domingos), el campo (con escopeta), las costumbres (como cortarse las uñas de los pies los jueves o quemar a algun que otro pecador en la hoguera), muy amigos de sus amigos y también de fumarse un puro en la terraza de sus palacetes mientras veían a sus serviciales esposas cuidar a sus numerosos hijos, y que de vez en cuando "cubrían" a alguna criada, nunca con preservativo claro... así al menos me los imagino yo. Podrían confunirlos con un terrateniente cualquiera si no fuese porque sus motivaciones ideológicas eran mucho más profundas.

Luego los carlistas evolucionaron: les encogió la barbilla, les creció la chepa y se le calleron los bigotes... y se dividieron en dos grupos: uno el partido carlista, el cual promueve el socialismo autogestionado; y el otro, de plumaje más vistoso y colores más llamativos, la COMUNIÓN TRADICIONALISTA CARLISTA.



Este polluelo salió de su cascarón en 1986 con el lema "Dios, Patria, Fueros, Rey Legítimo", y se me hinchan los ojos de la emoción al ver a tan peculiares personajes pulular alegremente por el mundo. IMPRESCINDIBLE visitar su página web (al menos una vez en la vida) para entender la magnitud y el calado ideológico de estos tozudos pero adorables pájaros, que presentan su candidatura al senado en estas elecciones.


2 comentarios:

daviccy dijo...

Quiero pedir disculpas a cualquier carlista que se haya podido sentir ofendido por el post... Considero que toda ideología, dentro de los límites de lo razonable, merece respeto; el carlismo incluído.

Espero no haber herido ninguna sensibilidad con esta broma (que al fin y al cabo en eso consiste el post).

Anónimo dijo...

¿Y quien eres tu para dictaminar esos limites?