lunes, 7 de febrero de 2011

blanco y en botella

por daviccy

ayer jordi évole preguntaba a gabilondo

[a iñaki, no su hermano el ministro.............
...........no se si lo recuerdan: era periodista,
salía en la radio, y después en la televisión...
....y al final lo expulsaron de gran hermano.]

su opinión acerca de varios políticos..............
al preguntarle por josé blanco éste contestó
............que le faltaba solidez intelectual.


damas y caballeros,
nos encontramos
sin duda
ante
el mejor eufemismo de la historia






sábado, 8 de enero de 2011

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Es fácil sentarse delante de un ordenador y hablar de cosas...

jueves, 18 de noviembre de 2010

papapá

por daviccy

es de personas optimistas, como yo mismo, creer en seres desligados de las leyes de la física cual unicornios rosa invisibles, o al menos es meritorio verlos más allá de viejas pantallas de cine o viajes de lsd. por lo tanto ha sido un honor para mí, y para sus majestades reales los príncipes reales de españa y las colonias exteriores, recibir la visita de uno de estos seres que navegan entre lo humano y lo divino en sus transbordadores espaciales.

dejando por un momento de lado sus responsabilidades al frente de la república, jar jar binks se ha acercado a nuestro humilde planeta para presentar su nuevo espectáculo de marionetas (como lo haría John Malkovich) y se ha traído, para deleite de los habitantes de la comarca, a su marioneta más famosa:
el papa pitufo.




miércoles, 10 de noviembre de 2010

becky

se llamaba becky, y tenía mal carácter...

a mi me gusta llamarla betsy, es más nombre de ciclogénesis...
hasta aquí la anégdota. a partir de aquí la despripción aséptica:

.cuatro videos iguales,
.grabados con el móvil,
.corta-pegados al azar,
.aderezados con diferentes sonidos
.y música (s) (...a poder ser raras)

y con esto finaliza el experimento.

1.

betsy peces raros from daviccy on Vimeo.


2.



3.



4.




jueves, 4 de noviembre de 2010

de Tierra, arena y polvo

Cada mañana tienes que pensar: soy un dios. Aunque la realidad después te obligue a escupir tierra. Cada mañana tienes que pensar: soy un dios y el mundo es mi cajon de arena. Porque así funciona la creatividad. La creatividad es saber que esa arena es tuya, que está a tu disposición, y tomar un puñado y soltarlo, y ver como cae en otro sitio, y se coloca de forma distinta. Esa es tu creación, tu génesis, tú lo has transformado todo y el retroceso es imposible. No se puede crear sin transformar ni al revés, la única manera de no crear es no tocar nada. Pasar por el mundo sin transformarlo es como caminar por una playa sin pisar...

sábado, 30 de octubre de 2010

seres atmosféricos

por daviccy


pasan por delante de mí

seres atmosféricos...


capaces de cambiar el aire

con una mirada,

haciéndolo más permeable

a la luz y al agua,


que cambian por mil estrellas

la lluvia sobre tu cara...


capaces de encajar los puñetazos de sonido

con un convulso baile.

capaces de transformar el ardor de estómago

en fuegos artificiales,


y apagarlos con gasolina.

personas de belleza salvaje,


pero tan hechas de aire

que pierdes partes de vida

al intentar atraparles.


si sólo tuvieses piel...


para poder tocarte...


sábado, 26 de diciembre de 2009

la lavadora que nos parió (I)

(a nosotros, payasos)

Yo, al igual que un puñado de personas, nací en 1985. Esto significa que aquel verano de 1997, el año que Alex de la Iglesia publicó "Payasos en la lavadora", tenía 12 años. ¿Qué hacía yo con un catálogo del círculo de lectores en mis manos? Todo empezó dos años antes, durante el comienzo del curso.

Las monjas habían decidido de forma unilateral reordenar los grupos, de modo que un centenar de niños entre atemorizados y excitados esperaban en fila, por orden de apellido, para conocer a sus nuevos compañeros de clase. La nueva profesora dió la orden de entrar en el aula. Nervioso como estaba no pude contener un pensamiento acerca de rebaños de ovejas. Se me escapó por la boca, muy bajito, pero alguien lo escuchó. En ese momento, en esa cola, delante de mí, un hombrecillo alto y de orejas grandes al que el destino le había puesto un apellido parecido al mío se giró y me dijo "Creo que este va a ser el comienzo de una gran amistad". Había dado en el clavo.

Durante los dos años siguientes (y muchos más después) un grupo de preadolescentes chocamos una y ora vez contra una realidad que parecía sonreirnos desde lejos con una mueca socarrona. De esos violentos choques surgieron muchas de las magulladuras de nuestros cerebros. En esa realidad se mezclaban portadas de la revista Super Pop (la más comprada por las niñas) en las que Robbie Williams anuncia que la parte más erógena de su cuerpo son sus pezones... con anuncios de comida para gatos en las que los propios gatos parecen más felices que nosotros mismos. Ricos constructores salidos de la carcel para presidir equipos de fútbol, que tras presentar el programa de televisión en el que vi por primera vez unos pechos, decidieron fundar un partido político. Videojuegos en los que un conejo intenta resolver el misterio de la desaparición de un yeti. Interminables poemas de Becquer que debemos memorizar. Un más que pertinente debate sobre el aborto de la gallina. Presidentes del gobierno con bigote...

Tras dos años en batalla constante con un mundo que, a la postre, se nos hacía como mínimo bizarro, nos topamos con un ejemplar de un libro que moldearía nuestras mentes para siempre. La historia de Satrústegui, un poeta frustrado y esquizoide, que deambula por las calles de Bilbao durante las fiestas de la semana grande, sonámbulo, en un delirio paranoide provocado por las drogas... nos cautivó. Sentimos, nosotros imberbes, más cercana esta visión borrosa y confusa de la realidad que las noticias de Hilario Pino. "Payasos" se había convertido en nuestro Nuevo Testamento.

miércoles, 13 de mayo de 2009

vida, muerte, y lo otro....

o la mirada borrosa con la que nos despertamos de un sueño...

Hoy va sobre ese individuo al que coronaremos como "el impresentable", que dejó las drogas y más hubiese valido que no lo hiciera. El mundo no se lo agradece... sí, alguna prostituta no ha muerto apaleada en un callejón gracias a que él iba sobrio, pero alguna prostituta ha muerto apaleada en un callejón a pesar de todo.

Dicho esto, que con nada tiene que ver, es curioso lo de la muerte...

Y dicho esto también, podemos empezar a escribir un post medianamente decente.

Si no he escrito nada en (lo que parecen) siglos es porque estaba viendo una película. Una película muy rara y muy larga, en la que sucedían cosas incomprensibles y de gran magnitud, con saltos en el espacio y en el tiempo. Una película que cambiaba de escenario con cada escena. Una película con cambios de interlocutor que hablaban de mí, de tí y de otros, siempre en lenguajes inesperados. La cantidad de información quemaba (y quema) mis ojos y mi cerebro, y no puedo sino no-entenderla y, sobre todo, no participar en ella.

Toda esa información amorfa, sin forma, me atraviesa. Va y viene desde y hacia otros lugares sin que quede nada en mis manos, nada excepto la sensación de vacío cuando intentas coger agua de mar en la orilla de una playa. Y yo me desvanezco. Partes de mí huyen con cada palabra que se va, mientras recibo partes nuevas con cada palabra que llega. No es desesperante. Al contrario, es más excitante y confortable cuanto más densa es la maraña de hilos que me atraviesan al tiempo dejando poco o nada de ellos en mí.

De las personas que coleccionan cosas se dice que lo hacen para rellenar una sensación de vacío, o más interesante: para intentar eludir la pérdida o el olvido. Es una pequeña muralla que cada uno construlle alrededor de sí para proteger lo que tiene dentro, sus tesoros. Cada vez que asoma la cabeza para dar o recibir algún objeto nuevo se convierte en un evento. El hecho de atravesar esa pequeña muralla para hacer un intercambio adquiere magnitud, importancia. Esas murallas, vistas desde el cielo, son una masa de puntos, de individuos, de grupos de individuos, de empresas, de ciudades, de países... haciendo de atravesar el umbral un evento.

Nacen así las ideas de dentro y fuera, que son los valles y las montañas de nuestro paisaje [da igual si hablamos de un paisaje emocional, físico, geométrico-matemático, arquitectónico, o de un paisaje social... siempre son valles y montañas]. Dentro y fuera de nosotros mismos, dentro y fuera de nuestros contextos, de nuestras casas... hasta aquí todo parece bastante estático.

Para que exista el evento, el verbo (y por lo tanto el movimiento), necesitamos una puerta en nuestra muralla. Entrar y salir, meter y sacar, intercambiar, atravesar...

El umbral, ese punto en el que no estas ni dentro ni fuera, y al mismo tiempo estas en ambos. Umbral sin el cual, estando dentro no sabríamos si existe el fuera y estando fuera no sabríamo si existe el dentro. Mi muralla está llena de puertas hasta el punto en el que no existe muralla, yo estoy lleno de umbrales hasta el punto de no existir sino a través de lo que me atraviesa. Dejar de estar en el umbral para ser el umbral.

Así se configura una realidad llena de cuerdas pero sin nodos. Ya no somos puntos de una distribución discreta, no somos entidades ni individuos sino solo las intersecciones de los hilos que nos unen a otras personas y a otros lugares. Somos instantes.

Pensad en todo el conocimiento que teneis como ese tesoro que almacenais dentro de vuestra muralla, y pensad en todos los lugares de los que proviene y a los que se dirige. Pensad en la cantidad de personas con las que habeis hablado y con la que hablareis, y con las personas con las que estas hablarán.

Pensad en la información (en-formación) que recibís cada segundo, cómo la cambiais de forma y como la dais para que otro la vuelva a cambiar de forma. Sólo queda el cambio, la mutación, el fluído dinámico. No es algo discretizable. Es gas. Es complejidad.

Así internet, tu país o tú sois solo yuxtaposiciones, solapes, links.

Y esto es en lo que pienso a las diez de la mañana.
Así no hay manera de llevar un blog...

Besos para ellas y abrazos para ellos.

daviccy